«El problema de las mujeres es un problema de hombres»
«El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres.» Pajarito, Candela Flame y Pinky Spring leyeron al mismo tiempo la cita de Simone de Beauvoir que alguien había colgado en el Facebook, y en ese momento cada una sintió que estaba dedicada a ella.
Las tres amigas eran muy diferentes. Candela Flame era fuerte, independiente y segura, o al menos eso era lo que enseñaba de sí misma.
«La silla vacía»
En secreto anhelaba poder quitarse la máscara de luchadora, y echaba de menos que hubiera un pecho cálido que sirviera de reposo a la mujer guerrera. Por eso, en soledad, cuando se permitía ser débil, se llenaba de congoja.
«Pajarito metida en un jardín»
En cambio Pajarito era un espíritu libre, difícil de aprehender. Su alma de artista la llevaba a ir siempre tras la inspiración. Lo que más se la estimulaba era el deseo. Por eso cuando alguien era objeto de su atención no sabía si lo que la enamoraba era la persona o lo que despertaba en ella. Sus relaciones poco convencionales eran complicadas de adjetivar y nunca sabía cuando las aves de paso levantarían el vuelo, o sería ella la que tendría que emigrar.
«Pinky Spring ahoga sus penas»
Aunque era de moral más bien distraída, como dice una canción, tal vez por ser pelirosa natural, Pinky Spring vivía el amor como si fuera una novela de ese mismo color. Pero al último que le había dado el título de su príncipe se le había vuelto rana y comprobaba con desesperación que le hacía guiños de complicidad a otras en el FB, y a sus fotos y las canciones que colgaba pensando en él, escasamente les daba un me gusta.
«Bucólicas».
Para distraer a sus almas inquietas las tres amigas decidieron marcharse de paseo al campo. Pensaban que alejándose de su cotidianidad, en un entorno bucólico, se olvidarían de esos seres que las hacían zozobrar.
«Entre viñedos»
Mientras Pajarito contemplaba el revoloteo de los pájaros y Pinky Spring bromeaba sobre el milagro de que de una inocente uva saliera algo tan embriagador como el vino, Candela Flame aprovechaba para hacer ejercicio y ponerse más fuerte todavía.
«Pajarito sin nido»
Hallarse en comunión con la naturaleza llenaba a Pajarito de gozo y se separó de sus amigas para concentrarse en sus sensaciones y dejar que su mente vagara. Trepó a un árbol para desde allí otear el vuelo de las aves migratorias. Entonces se apoderó de ella la nostalgia. En su mente se empezaron a juntar palabras que formaron un poema y pensó en titularlo “Oda a los nidos vacíos”.
«Sin cobertura»
Con tanta paz y silencio Candela Flame y Pinky Spring por un momento se sintieron libres de ataduras, y el aire puro las llenó de energía positiva, pero en cuando descubrieron que sus teléfonos móviles no tenían cobertura volvieron a entrar en pánico. Como si estar sin cobertura fuese una metáfora de sus vidas.
FIN
PD: Muchísimas gracias a mis queridísimos Iñaki y Aitor que me dejaron sus casas para hacer las fotos. También a mi amiga Merceditas y sus familia por lo bien que me lo pasé con ellos en Gandesa, y los perritos Tobi y Kina que me alegraron con su compañía las sesiones de fotos en el campo.