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CONFITADA

lunes, mayo 11th, 2020

De pronto, un día te levantas y un enemigo silencioso e invisible, que no sabe de fronteras, razas ni religiones, ha vaciado las calles. Mientras las UCIS de los hospitales se colapsan, lo único que puedes hacer es quedarte en casa y lavarte todo el rato las manos. Quién te iba a decir que algún día nos llamarían héroes por estar encerrados en pijama. 


«Confitados«

En todos los noticiarios se habla sobre la España de los balcones que todos los días sale a aplaudir a los que con su esfuerzo y en precario están dando la batalla en la primera línea contra el virus. Pero yo vivo en un piso interior. No veo la luna ni las estrellas y sólo puedo sentir sobre mi piel los rayos del sol cuando de 3:30 a 4:30 entran por la ventana de mi habitación.

Tampoco veo ni escucho pájaros, aparte de las fotos que recibo por el whatsapp, y por la información que me llega del mundo exterior la raza humana es prescindible para que la vida siga y la naturaleza se regenera gracias a tenernos fuera de juego.

«Pajareros en cuarentena»

Muchas veces antes había pasado periodos recluida en mi mundo para poder crear. Ahora pienso que es una ventaja saber estar entretenida con una misma.

Se suceden las prórrogas y pierdo trabajos remunerados. Me da miedo lo que me voy a encontrar cuando pueda salir de aquí. Fallece un amigo por el virus. El quinto que se me muere al lo largo de un año antes de llegar a los sesenta. Los recuerdos de los que se han ido, la enfermedad y la muerte rondan por mi cabeza. Hay momentos que piensas que se han olvidado de ti y te dan ganas de salir a la ventana para gritar:

-Hola, estoy aquí, confitada, ¡sálvenme!

A veces es mejor no pensar, simplemente estar.

Debemos mantener la distancia social. Desinfectar y desinfectar. De pronto la vida se ha vuelto un baile de mascarillas y guantes de látex.

«Baile de mascarillas»

Comienza la desescalada y se habla sobre «la nueva normalidad» y yo me pregunto si habremos aprendido que seremos cada vez más vulnerables si no cuidamos la biodiversidad del planeta, que sus recursos son limitados y la globalización no es sólo el tráfico de mercancías. Que hay que proteger los servicios públicos que son los que al final nos salvan, que hay más vida más allá del consumismo. Que es el trabajo de los creadores lo que no nos hace volar lejos de nuestras jaulas y nuestra más fiel compañía. Que a veces es bueno pararse a pensar qué es lo realmente importante y de verdad queremos.

¿O la «nueva normalidad» será lo de siempre, sólo que más en precario?

(«El capital te culea» es parte de la obra de la artista mexicana Teresa Margolles)

(Este post está dedicado a Adolfo, Sonia, Teresa, Concha y Luismi. Queridos amigos, estéis dónde estéis siempre llevaré vuestro recuerdo en mi corazón)

EL PROBLEMA DE LAS MUJERES ES UN PROBLEMA DE HOMBRES

miércoles, septiembre 11th, 2013

El problema de las mujeres es un problema de hombres

«El problema de las mujeres es un problema de hombres»

 «El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres.» Pajarito, Candela Flame y Pinky Spring leyeron al mismo tiempo la cita de Simone de Beauvoir que alguien había colgado en el Facebook, y en ese momento cada una sintió que estaba dedicada a ella.

Candela Flame

 «Candela Flame»

Las tres amigas eran muy diferentes. Candela Flame era fuerte, independiente y segura, o al menos eso era lo que enseñaba de sí misma.


La silla vacía

«La silla vacía»

En secreto anhelaba poder quitarse la máscara de luchadora, y echaba de menos que hubiera un pecho cálido que sirviera de reposo a la mujer guerrera. Por eso, en  soledad, cuando se permitía ser débil, se llenaba de congoja.

 

Pajarito metida en un jardin

«Pajarito metida en un jardín»

En cambio Pajarito era un espíritu libre, difícil de aprehender. Su alma de artista la llevaba a ir siempre tras la inspiración. Lo que más se la estimulaba era el deseo. Por eso cuando alguien era objeto de su atención no sabía si lo que la enamoraba era la persona o lo que despertaba en ella. Sus relaciones poco convencionales eran complicadas de adjetivar y nunca sabía cuando las aves de paso levantarían el vuelo, o sería ella la que tendría que emigrar.

 

Pinky Spring bebe en la bañera

«Pinky Spring ahoga sus penas»

Aunque era de moral más bien distraída, como dice una canción, tal vez por ser pelirosa natural, Pinky Spring vivía el amor como si fuera una novela de ese mismo color. Pero al último que le había dado el título de su príncipe se le había vuelto rana y comprobaba con desesperación que le hacía guiños de complicidad a otras en el FB, y  a sus fotos y las canciones que colgaba pensando en él, escasamente les daba un me gusta.

Pinky Spring y sus amigas de paseo por el campo

 «Bucólicas».

Para distraer a sus almas inquietas las tres amigas decidieron marcharse de paseo al campo. Pensaban que alejándose de su cotidianidad, en un entorno bucólico, se olvidarían de esos seres que las hacían zozobrar.

Pinky y sus amigas paseando ente viñedos

 «Entre viñedos»

Mientras Pajarito contemplaba el revoloteo de los pájaros y Pinky Spring bromeaba sobre el milagro de que de una inocente uva saliera algo tan embriagador como el vino, Candela Flame aprovechaba para hacer ejercicio y ponerse más fuerte todavía.

 

Pajarito sin nido

 «Pajarito sin nido»

Hallarse en comunión con la naturaleza llenaba a Pajarito de gozo y se separó de sus amigas para concentrarse en sus sensaciones y dejar que su mente vagara. Trepó a un árbol para desde allí otear el vuelo de las aves migratorias. Entonces se apoderó de ella la nostalgia. En su mente se empezaron a juntar palabras que formaron un poema y  pensó en titularlo “Oda a los nidos vacíos”.

 

Sin cobertura

 «Sin cobertura»

 Con tanta paz y silencio Candela Flame y Pinky Spring  por un momento se sintieron libres de ataduras, y el aire puro las llenó de energía positiva, pero en cuando descubrieron que sus teléfonos móviles no tenían cobertura volvieron a entrar en pánico. Como si estar sin cobertura fuese una metáfora de sus vidas.

FIN

PD: Muchísimas gracias a mis queridísimos Iñaki y Aitor que me dejaron sus casas para hacer las fotos. También a mi amiga Merceditas y sus familia por lo bien que me lo pasé con ellos en Gandesa, y los perritos Tobi y Kina que me alegraron con su compañía las sesiones de fotos en el campo.